|
||||||
|
Cuentas del Sector Industrial en la Comunidad de Madrid - 1996 (base 96). 1. Metodología
1.1. Objetivos y descripción general de la operación.
Un objetivo primordial en cualquier actividad humana que pretenda acercarse a conceptos como objetividad, precisión, comparabilidad o coherencia; es decir, situarse en la senda de la metodología científica; es el de la sistematización y homogeneización de todos los elementos relevantes en dicha actividad, lo que permite establecer soluciones y enfoques globalizadores a problemas comunes y, por ende, obtener mejoras en la rentabilidad y economías de escala.
Los trabajos estadísticos de actividades económicas que pretendan obtener resultados a partir de los datos muestrales tienen problemas comunes que admiten soluciones globales estructuradas.
Para la realización de este tipo de encuestas económicas, el entonces Departamento de Estadística, implantó en 1992 el proyecto denominado Encuesta de Actividades Económicas (E.A.E.) en un intento de normalización de las diferentes operaciones estadísticas estructurales en cuanto a sistematización, objetivación y mejora del diseño, recogida y tratamiento de la información.
Una de las notas distintivas de estas investigaciones es la adopción de criterios que permitan obtener información totalmente comparable entre los distintos sectores y entre los distintos ámbitos geográficos y para ello se respetan al máximo conceptos, clasificaciones, criterios y definiciones de la Contabilidad Regional.
Bajo este proyecto marco cabe referirse a la Encuesta al Sector Industrial desarrollada por el Instituto para el ejercicio de 1996, como sexto año del cambio metodológico. Las propiedades de homogeneidad, comparabilidad, objetivación, etc. enumeradas anteriormente, es decir, los objetivos iniciales marcados, se han cumplido de manera satisfactoria.
Prácticamente no hay ningún cambio fundamental reseñable en el planteamiento de la operación que no se derive de las mejoras metodológicas introducidas en el proceso, no obstante los años transcurridos han hecho necesario, tal y como estaba previsto, cambiar de año base, sustituyendo al de 1991.
Ya se han enumerado algunos de los objetivos, principalmente metodológicos, que perseguía la realización de la Encuesta al Sector Industrial 1996 y el marco general dónde se circunscribe, objetivos que hay que complementar con los objetivos de contenido.
La encuesta se diseñó como una operación estadística "de base" que permitiese medir la aportación de cada una de las ramas de actividad al Producto Interior Bruto regional, así como el conocimiento de la estructura productiva de dichas ramas, de los principales productos elaborados, de los input utilizados en el proceso y del destino de la producción. Prima, pues, una visión económica en términos de Contabilidad Nacional (de producción y explotación) detallada por subramas que pudiera servir de base a una futura Tabla Input-Output de la Comunidad de Madrid con las comparaciones adecuadas en el tiempo y en el espacio y homogéneas frente a otras actividades. Paralelamente, el diseño del cuestionario permitía realizar una desagregación de los ingresos y de los gastos, preferentemente en términos de contabilidad privada, y otras características de los flujos de producción, explotación y de capital ocurridos en el ejercicio así como el realizar una investigación más cualitativa, y a mayor detalle, sobre el contenido real de cada una de las partidas de ingresos y gastos y su generalización en el sector.
Bajo estas premisas y las características consustanciales de la operación (objetividad, sistematización de tareas, informatización máxima de la estadística y transparencia absoluta de las funciones y las fases que intervienen en todo el proceso), la Encuesta al Sector Industrial se inició en febrero de 1997 con el diseño del material de encuestación, el diseño y la instalación del software, la preparación del Directorio Industrial, la selección de la muestra, el envío de documentación a las empresas y la definición de la sistemática de trabajo. Entre los meses de julio a diciembre se procedió al trabajo de campo con la actualización de la muestra, la recogida de cuestionarios y la grabación y validación de los mismos. En Enero de 1998 se procedió a la actualización del Directorio en base a las altas, bajas y modificaciones generadas durante la operación y hasta diciembre se han realizado las fases de depuración de datos, el análisis de los resultados muestrales, el proceso de elevación y su análisis, la obtención del fichero extrapolado definitivo, la tabulación del directorio y la edición de la publicación.
Por último, indicar que la serie homogénea, tanto en términos corrientes como constantes, tienen la consideración de avance. Es de esperar que en el siguiente volumen, que recogerá la información correspondiente a 1997, puedan ofrecerse como definitivos los resultados que ahora se presentan.
1.2. Contenido de la publicación.
La información que se incluye en el presente volumen corresponde a los datos está estructurada en cuatro apartados. :
1.2.1. Metodología.
Son las primeras páginas del libro y en ellas se describe tanto la metodología utilizada en el proceso como las fases en que ha estado dividida la operación.
1.2.2. Cuentas Económicas-1996 (base 96).
Las Cuentas Económicas de 1996 ofrecen los resultados de la elevación de los datos cuantitativos. Están estructuradas en función de un criterio sectorial (ramas y, para cada una de ellas, sus correspondientes subramas) y por un criterio de conceptos económicos agrupados en nueve tipos de tablas diferentes para cada una de las actividades:
1. Macromagnitudes y Cuenta de explotación.
2. Destino geográfico de las ventas.
3. Origen geográfico de las compras
4. Personal y horas trabajadas por tipo.
5. Ingresos corrientes.
6. Compras, servicios exteriores y variación de existencias.
7. Gastos de personal, gastos financieros, amortizaciones e impuestos ligados a la actividad.
8. Operaciones de capital.
9. Coeficientes analíticos.
Las tablas de Macromagnitudes y Cuenta de explotación están formuladas en términos de Contabilidad Nacional y las de Ingresos corrientes, Compras, Gastos de personal y Operaciones de capital en términos de contabilidad privada con gran detalle de cada uno de los conceptos incluidos en el cuestionario
Habrá que distinguir, así mismo, las tablas que irán referidas al total de la industria que las que se ocupan de las ramas y subramas de actividad.
Para el total de la región se ofrecen los nueve tipos de tablas enunciadas anteriormente según dos estratificaciones: la primera según nivel del empleo (a tres estratos de tamaño) y la segunda atendiendo a una zonificación (cuatro zonas geográficas). Además, se incluyen dos tablas resúmenes de las principales macromagnitudes industriales también según nivel de empleo y según zonas geográficas que se han considerado de ayuda para facilitar la comparación entre las actividades por cuanto la estructura de la tabulación, como ya se ha indicado, responde más a un criterio sectorial que temático.
Este epígrafe se completa con 12 subcapítulos, uno para cada rama de actividad. Cada uno de ellos incluye los nueve tipos de tablas antes descritos en función de tres niveles de empleo.
1.2.3. Análisis cualitativo de ingresos y gastos 1996.
Este tercer bloque analiza las respuestas "tiene" y "no tiene" recogidas en el cuestionario para cada tipo de ingreso y gasto y se presentan en ocho tablas:
1. Estructura de clientes.
2. Estructura de ingresos corrientes.
3. Estructura de proveedores.
4. Estructura de compras.
5. Estructura de servicios exteriores.
6. Estructura de gastos de personal, gastos financieros y amortizaciones.
7. Estructura de los impuestos.
8. Estructura de las operaciones de capital.
Las tablas se ordenan según dos sectorizaciones. Por ramas de actividad y por nivel de empleo. Estos datos se refieren al porcentaje de establecimientos que afirmaron tener esa clase de ingresos y gastos y suponen un complemento ideal de la información cuantitativa, no sólo porque descienden a un nivel de detalle superior, sino porque orientan sobre la generalización o excepcionalidad de las distintas partidas de ingresos y gastos exteriores (en definitiva de la dispersión estadística) y permiten inferir el funcionamiento real de las empresas. A este respecto, esta información es incluso más descriptiva que los mismos datos cuantitativos. Ahora bien, es necesario advertir que estos resultados no se pueden interpretar con los mismos cánones de fiabilidad que los cuantitativos, por cuanto:
- Se refieren exclusivamente a datos muestrales, por lo que la estructura de los totales, por sector, o el total general, no necesariamente representa de forma estricta al colectivo. En suma, están determinados por la estructura de la muestra obtenida que, como se detalla posteriormente, incide más en los establecimientos grandes.
- En sentido inverso, se establecen como medias aritméticas simples; es decir, se da la misma importancia a cada establecimiento sea cual sea su tamaño. Esta solución se ha tomado con el objetivo de valorar la generalización o dispersión de los distintos tipos de gastos e ingresos y no para medir su importancia (para ello están los datos cuantitativos). Esta cuestión se debe tener bien presente en cualquier análisis posterior.
- A diferencia de los cuantitativos, son datos más bien opináticos, con poca posibilidad de contraste, por lo que, salvo incoherencias con el resto de la información, no han sufrido un proceso de validación excesivo.
En definitiva, se puede interpretar que estos resultados presentan un error estadístico mayor por lo que hay que utilizarlos como orientativos; ahora bien, son totalmente significativos en términos generales y se aconseja su uso para conocer la auténtica estructura de producción del sector.
Complementariamente, en el análisis de estos datos conviene recordar ciertas cuestiones que a veces, por muy evidentes, se olvidan. En particular, no hay que confundir la utilización de los diversos servicios con la contratación externa de ellos. Por ejemplo, un bajo porcentaje de contratación de servicios informáticos o de contabilidad no supone necesariamente que no se utilicen dichos servicios, sino que probablemente se realizan por el personal y a través de los recursos internos de la propia empresa.
1.2.4. Avance de la serie homogénea 1986-1996 (base 96).
Cierra el volumen un avance de los datos de la serie homogénea en base a dos criterios. El primero de ellos, en términos corrientes y, el segundo, en términos constantes.
Para la serie en términos corrientes se ofrece la tabla de "Macromagnitudes y Cuenta de Explotación" correspondiente a los años 1986-1996. Como ha se ha descrito al principio del capítulo, los datos tienen base 96 y la tabulación responde a un criterio sectorial: ramas y subramas de actividad.
Para la serie en términos constantes se ofrece la evolución del valor añadido de los años 1986 a 1996 (base 96), después de deflactar los valores corrientes. Los resultados se ofrecen para el total de la industria y una desagregación a 12 ramas de actividad..
1.3. Unidad estadística. Ámbito de investigación.
A la hora de diseñar una operación estadística, siempre aparecen varias alternativas para definir la unidad de investigación y en encuestas de estas características aparecen, al menos, tres tipos de unidades, que pueden coincidir o no. En concreto:
1. Unidad informante, a quien se dirige el cuestionario.
2. Unidad objetivo, de quien se recaba la información.
3. Unidad básica de elevación o de ponderación.
El componente regional de este trabajo obliga a considerar como unidad objetivo el establecimiento frente a la empresa, que en la mayoría de los casos es la única unidad informante posible (con independencia de su situación geográfica y del número de establecimientos industriales que tenga). Así, cuando se trata de empresas multilocalizadas (con varios establecimientos), se recaba la información de cada uno de los que figuran en la muestra. En la práctica, los sistemas contables de las empresas multilocalizadas no permiten asociar siempre los datos a cada uno de sus establecimientos industriales y, en principio, la Encuesta al Sector Industrial no contabiliza los gastos originados por la sede central de la empresa cuando ésta radica en una localización geográfica distinta a los establecimientos que pueda tener. Esto supone considerar a esta sede central como una unidad suministradora de servicios a los propios establecimientos de la empresa. Con este planteamiento se provoca la aparente paradoja teórica de que dichos servicios auxiliares a la producción se contabilizan si se prestan en dependencias "pegadas" a la planta industrial y no si se centralizan en un local independiente. En la práctica, el principio no se ha podido aplicar siempre. Se puede afirmar que el empleo de las Sedes Centrales no está contabilizado, pero no asegurar lo mismo de determinados gastos generados de cada empresa.
Se desprende de lo anteriormente dicho que los resultados publicados se refieren exclusivamente a los establecimientos con actividad industrial situados en la Comunidad de Madrid y no a las empresas con sede social en ella. Es importante tenerlo en cuenta puesto que en el caso específico de Madrid los resultados serían muy diferentes.
Como unidad de elevación se ha elegido el número de ocupados (empleo medio anual), por ser probablemente la variable más correlacionada con todas las que son objeto de investigación y figurar a nivel de muestra y de colectivo.
Para definir el ámbito geográfico de investigación, siguiendo las normas comunes, se utiliza la visión "interior" frente a la "regional"; es decir, el objeto de investigación es el establecimiento ubicado dentro de los límites de la región, con independencia de la localización de la sede de la empresa o del lugar de residencia de los trabajadores y propietarios. Aunque el tema es obvio y muy conocido, no se debe olvidar que, en consecuencia, el número de trabajadores que se considera a efectos de este trabajo no tiene porqué coincidir con el número de residentes en Madrid que trabajan en el sector.
1.4. Delimitación de la actividad económica investigada. Clasificaciones sectoriales.
Cualquier división sectorial basada en la actividad económica debe tener en cuenta una serie de supuestos básicos, de corte general, entre los que se pueden señalar:
- Composición tecnológica similar en cada sector productivo, que asegura que cada sector representa, al menos, a una familia de tecnologías similares.
- Adaptación de la sectorización a la estructura del universo en estudio, en este caso la industria de la Comunidad de Madrid. Es decir, que exista un cierto equilibrio entre la importancia de cada sector, destacándose las actividades más implantadas en la región y agregándose otras de menos relevancia.
- Garantizar el secreto estadístico, por lo que en sectores de pocas unidades no se ofrece información desagregada.
- Adaptación de la sectorización a una nomenclatura de actividades suficientemente generalizada, que clarifique de forma implícita las actividades concretas que se incluyen en cada sector productivo, en este caso la CNAE-93.
- Asegurar la comparabilidad con otros estudios de distintas regiones o países.
- Compatibilidad con estudios anteriores sobre la misma realidad económica.
- En investigaciones de tipo muestral, garantizar la representatividad de la muestra. En este caso, este estudio se ha hecho también a posteriori, a partir de la muestra realmente recogida.
El análisis sectorial que realizó el Instituto de Estadística (selección de la muestra, cobertura de los elementos muestrales y elevación de los resultados) estuvo basado en la NACE-5 (versión desarrollada al 6º dígito de la CNAE-93) y, a partir de esta codificación, obtuvo dos clasificaciones con distinto nivel de detalle que se adaptaban a las recomendaciones internacionales de la Oficina Estadística Europea. La más agregada de las dos recoge 12 ramas industriales y, la segunda, 33 ramas de actividad.
1.5. Directorio inicial y sus actualizaciones.
Uno de los problemas que habitualmente se presentan a los usuarios estadísticos es la carencia de información actualizada sobre la actividad económica, en términos generales, y más concretamente, la falta de una información de carácter básico acerca de las unidades económicas productivas que operan en cada sector.
Para que esta información resulte útil en la práctica, debe cumplir, al menos, dos condiciones:
- Que la actualización sea periódica y garantice un mínimo de fiabilidad en cuanto a los datos utilizados.
- Que la estructura de la información permita su máximo aprovechamiento.
El directorio utilizado en este trabajo ha sido el Directorio Industrial de 1996 creado por el Instituto de Estadística y que es una actualización del directorio de 1993.
La actualización del Directorio Industrial tiene una periodicidad anual y se realiza a través de una doble vía, una de carácter interno y otra de carácter externo. La fórmula interna de actualización se basa en utilizar los documentos que genera la propia Encuesta al Sector Industrial, principalmente hoja de ruta y cuestionario. Con ellos se incorporan las altas, bajas y las modificaciones sufridas por los registros muestrales en materia de actividad principal del establecimiento, empleo medio anual, cambio de nombre o de razón social y otros relativos a la ubicación tanto de la empresa como del establecimiento. La segunda vía para actualizar el directorio se caracteriza por la utilización de fuentes externas que se contrastan entre sí y con la propia información del directorio para realizar una selección de registros que se investigarán posteriormente en campo. De esta investigación, llevada a cabo por encuestadores debidamente formados que visitan cada uno de los establecimientos elegidos, se obtienen los datos objeto de investigación que, una vez codificados y validados, se vuelcan a través del fichero que los contiene en la base de datos del Directorio Industrial para concluir el proceso de actualización.
Ahora bien, la creación de un directorio o su actualización, por muchos recursos que se hayan aplicado tanto técnicos, económicos y humanos; por muy de confianza, seguras y exhaustivas que sean las fuentes de información y por muy metódicas y sistemáticas que hayan sido las fases del proceso, nunca recoge todo el colectivo sectorial. En concreto, el Directorio Industrial recogía para 1996 cerca de 179.500 ocupados frente a los 252.407 que se estimaron finalmente; es decir, su nivel de cobertura se puede cuantificar en un setenta y uno por ciento. La diferencia entre ambas cifras, calculadas por grupos de actividad según la sectorización a 33 ramas, es lo que se ha denominado residuos de empleo.
Al realizarse la elevación y la tabulación de resultados definitivos, los residuos no se incorporan a ninguno de los estratos de tamaño en que se clasifica el empleo por no disponer de información suficiente para su distribución. En principio se creyó que los residuos, o el empleo no captado en el directorio, podrían asignarse al estrato de menor ocupación en cuanto todos los establecimientos de más de veinte ocupados estarían recogidos en el directorio; sin embargo, una investigación posterior descubrió que la ausencia de registros afectaba a todos los estratos de tamaño y, dada la imposibilidad de distribuirlos en sus estratos correspondientes, se determinó que formaran una entidad independiente, entidad que se define en las tablas del siguiente capítulo como "SIN ASIGNAR A ESTRATO" cuando se realiza una distribución por nivel de empleo y, "SIN ASIGNAR A ZONA", cuando la clasificación utilizada es la zona geográfica.
En suma, debe quedar claro para el lector no especialista que aunque el colectivo de ocupados estimado en 1996 es bastante mayor que de los datos que ofrece el directorio de 1996, esto no quiere decir, necesariamente, que el empleo sectorial haya descendido, sino simplemente que el directorio no recoge el cien por cien de los empleos del sector.
1.6. Muestra y respuesta obtenida.
Uno de los temas que surgen a la hora de realizar una investigación económica del tipo que se presenta es el grado de cobertura de las unidades a investigar; es decir, el realizar la operación en base a una muestra o censalmente.
En principio, parece más idóneo el método censal porque con la investigación de todas las unidades; debido al grado de heterogeneidad que tienen en cuanto a su comportamiento, organización, estrategia, proceso productivo, etc.; se elimina la dificultad de definir conglomerados de elementos en los que unos cuantos representen, en todos sus aspectos, a otros.
No obstante, plantear la solución censal exige resolver otro tipo de problemas de muy diversa índole. A nadie se le escapa que el primero es el coste de la operación que, en muchos casos, la haría inabordable. Otro sería la duración del trabajo que se podría extender en el tiempo dada la amplitud de la investigación. También habría que suponer que el directorio que define el colectivo es completo y está totalmente actualizado. Unido a éstos, aparece el problema de la no respuesta, por lo que al final siempre se desemboca en una muestra, mayor o menor, y más o menos adecuada para representar al colectivo.
La alternativa muestral presenta unas ventajas comparativas evidentes como son su menor coste, su tratamiento más simple y que, aunque se trate de un subconjunto, su composición se ha determinado a priori fijando criterios de proporcionalidad y representatividad de la población. Con todo, es tal la heterogeneidad de las unidades de un cierto tamaño, ante las variables que se investigan, que la decisión que normalmente se toma es una combinación entre censo y muestra. En concreto, se investigan censalmente las unidades mayores o las que desarrollan una actividad preseleccionada y se define una muestra para el resto. Esta es la opción que se eligió en este trabajo, como en otros anteriores, que pretende aunar las ventajas comparativas de censo y muestra.
Tomada esta solución, hay que considerar otros muchos elementos antes de definir la estructura concreta de la muestra. Normalmente se acepta que en colectivos de este tipo se puede obtener una cierta homogeneidad si se estratifica la muestra en función de la actividad principal de la unidad y su tamaño (medido en términos de número de ocupados). La variable geográfica en regiones como la Comunidad de Madrid parece tener poca importancia en cuanto a temas productivos. Por otro lado, hay que tener en cuenta la experiencia del Instituto en el seguimiento de la encuesta al sector industrial desde 1987 lo que se traduce en un conocimiento más profundo del sector y la utilización de un cuestionario que se adapta al Plan General de Contabilidad con la consiguiente ventaja de hacer más sencilla su cumplimentación.
Desde estas premisas se puede hablar de una "esperanza de respuesta" sobre muestra inicial que determine el número total de establecimientos a visitar en base a un "objetivo de respuesta". Este último se fijó, en función del presupuesto y de las experiencias previas, en unas 1.900 encuestas y para ello se estableció una muestra total de 3.000 establecimientos. Desde el punto de vista de la utilidad final, esta decisión resultaba muy interesante pues, si bien sólo se esperaba obtener unos 1.900 cuestionarios completos, se dispondría de cierta información del resto de unidades muestrales a través de la hoja de ruta, lo que supondría una mejora del directorio de partida.
Determinado el número total de visitas, se procedió a distribuirlas de forma óptima, particionando el directorio por actividades a tres dígitos de la CNAE según nivel de empleo (hasta 19 ocupados, de 20 a 49, de 50 a 99, de 100 a 499 y más de 499 ocupados). Con ello se estableció:
a) Parte censal (o marco de lista), determinada por:
- Todos los establecimientos con más de 49 trabajadores (531 unidades), lo que representaba el 51 por ciento del empleo industrial del directorio.
- Todos los establecimientos comprendidos entre 20 y 49 trabajadores cuando con los registros censales no se cubría el 20 por ciento del empleo total en la actividad referida (286 unidades que recogían el 4 por ciento del empleo del directorio).
En suma, el marco de lista quedó constituido por 817 establecimientos que representaban un 54,7 por ciento del total del empleo recogido en el directorio.
b) Parte muestral.
Los 2.183 registros restantes se seleccionaron por estratificación (utilizándose como variables de clasificación la actividad principal y el nivel de empleo), de forma sistemática, con arranque aleatorio, con cuota proporcional pero teniendo en cuenta las siguientes restricciones:
- En cada casilla de cruce se selecciona el número de unidades suficientes que salvaguarden, con la esperanza de respuesta prevista, el secreto estadístico (en este caso, diez elementos).
- Para evitar el sobredimensionamiento de algunas celdas se establece la segunda restricción: que las unidades a seleccionar de un determinado grupo no superen x veces la media de elementos por casilla (en este caso, cuatro veces).
Estas últimas restricciones dan a la muestra final un carácter más uniforme (y menos proporcional) da cara a asegurar una cobertura mínima en todos los casos y evitar una concentración excesiva en casillas supuestamente homogéneas.
De la investigación en campo resultó una muestra válida de 2.410 establecimientos lo que representa cerca del 80 por ciento de la muestra inicial, el resto se resultó >no encuestable= por diversos motivos (cierres, duplicadas, inactivas, actividad no industrial, etc.).
Sobre la muestra válida, el porcentaje de respuesta fue del 73 por ciento, contestando completamente y de forma coherente al cuestionario más de 1700 establecimientos, que recogían 96.537 empleos, lo que representa algo más del 45 por ciento del empleo del directorio.
1.7. Cuestionario utilizado. Hoja de Ruta.
Como se ha señalado en epígrafes anteriores, los principales objetivos de esta operación consistían en investigar el colectivo de empresas y establecimientos del sector industrial de la Comunidad de Madrid, sus cuentas económicas en términos de Contabilidad Nacional y de contabilidad privada detallada y otros aspectos estructurales del sector. El cuestionario, en consecuencia, debería ser la plasmación física de estos objetivos.
Ahora bien, el cuestionario es la pieza básica de comunicación con el informante y tiene una importancia decisiva en la calidad, e incluso en la cantidad, de la respuesta y del tratamiento posterior de la información. En este caso, siguiendo la línea ya emprendida y, aprovechando la experiencia previa, se ha realizado un esfuerzo especial en su diseño, partiendo de las siguientes premisas:
- El cuestionario debe recoger exclusivamente la información precisa para cumplir los objetivos de la investigación, de la forma más reducida posible. Este mismo criterio se puede formular en términos de que debe existir una razonable correspondencia entre la información que se solicita y la que posteriormente se ofrece al usuario en la publicación de resultados.
- Debe ser lo más homologable posible con otras investigaciones similares, respetando el mismo contenido y significado de las partidas y la misma estructura. El objetivo final es diseñar al menos una parte común para todos los cuestionarios de información económica de flujos productivos, sea cual sea el sector o colectivo a que se refiera.
- Debe facilitar al máximo la respuesta al informante. Para ello la primera condición es solicitar precisamente la información tal como está en poder del informante, sin exigencias de desagregaciones innecesarias o estimaciones groseras. Esto supone una adaptación máxima al Plan General de Contabilidad. Las correspondencias necesarias para transformar sus partidas en las de la Contabilidad Nacional u otro esquema se realizan posteriormente.
- En el mismo sentido, las preguntas deben ser claras y autoexplicativas, es decir, que el informante no tenga que acudir a complejas instrucciones complementarias para captar plenamente el contenido de la respuestas que se le solicita. Se trata de reducir al máximo las instrucciones externas e incluir las aclaraciones necesarias en las propias preguntas. En este aspecto, el cuestionario debe ser lo más completo posible (solucionando el mayor número de dudas que se puedan plantear en su cumplimentación), lo que no tiene por qué estar reñido con la claridad y la sencillez.
- El cuestionario (y su gestión) es la pieza clave en el tratamiento posterior de la información. Por tanto, su diseño debe estar especialmente pensado para posibilitar y facilitar las tareas posteriores de grabación, validación, depuración, elevación y explotación de la información. Para ello se requiere una estructura lógica de apartados y preguntas y consistencia en el orden de respuesta. También aquí se puede hablar de preguntas autovalidables en sí mismas o en conjunto con otras (por ejemplo, a través de totalizadores parciales o por caminos lógicos). Este problema se resolvió utilizando un diseño con estructura de grafo, que en términos de la nueva metodología implantada se denomina Grafo-test. Dicha técnica se ha aplicado no solamente en el cuestionario, sino en todos los documentos anexos y de control, e incluso en la forma de diseñar toda la operación de modo sistemático e integral. Para ello se dispuso de herramientas informáticas capaces de gestionar la operación en estos términos, como describe el epígrafe posterior.
La consideración de todos estos criterios se plasmó en el diseño del cuestionario utilizado. Se realizó un modelo único para todos los sectores industriales.
Por otro lado, otro objetivo de la investigación consistía en disponer de un elemento eficiente de control de las tareas de campo y de actualización sistemática del directorio, aún en los casos de negativa a la cumplimentación del cuestionario. Para ello se diseñó una hoja de ruta ad-hoc (que es el documento que utiliza el encuestador para hacer todas sus anotaciones de campo de forma sistematizada) aunque generalizable para encuestas de este tipo.
La hoja de ruta, complemento obligado del cuestionario en cualquier investigación estadística, se diseñó también en forma de Grafo-test y cumplió las siguientes funciones:
- Servir de manual de instrucción para el propio agente-encuestador y de sistema de homogeneización de los datos de campo.. La hoja de ruta llevaba preimpresos todos los datos necesarios para realizar las entrevistas previstas y controlar cada una de ellas.
- Control de las incidencias de campo (empresa no localizada, cerrada, duplicada en el directorio, no encuestable, negativa, encuestada, etc.).
- Control de las modificaciones en la identificación y localización de la unidad de encuestación (razón social, dirección completa, código postal, etc.).
- Determinación del empleo, actividad principal, NIF y otros datos de la empresa y el establecimiento, para actualización del directorio, incluso en el caso de no respuesta al cuestionario.
- Control de los agentes-entrevistadores (contactos telefónicos, visitas, recogidas, inspección...).
- Información sobre la persona de contacto en la empresa.
La hoja de ruta era cumplimentada por el propio agente-entrevistador en sus visitas a la empresa y se grababa inmediatamente, con lo que fue posible obtener tablas de resultados de encuestación de manera rápida a cualquier fecha y mantener un control de campo efectivo en todo momento.
1.8. Sistematización de trabajos y tratamiento informático.
Un objetivo prioritario en todas las operaciones realizadas por el Instituto, consiste en avanzar en el proceso de sistematización, objetivación y mejora del diseño, recogida y tratamiento de la información estadística, cuestión que sólo es posible abordar con ayuda de la informática. Ahora bien, no es suficiente la incorporación de la informática, sino que se deben implantar métodos objetivos y rigurosos, perfectamente reproducibles, e independientes, al máximo posible, de las personas concretas que las llevan a cabo; ésta es la particularidad de lo que venimos llamando industralización de la estadística.
La sistematización del tratamiento de la información es determinante en cualquier encuesta y se debe aplicar desde la primera a la última fase del proceso. En nuestro caso, se ha utilizado un nuevo enfoque globalizador, entendiendo que las tareas estadísticas deben ser perfectamente coherentes entre sí, lo cual implica que, aunque se puedan dividir en etapas, los problemas y soluciones de cada una de ellas se insertan en la problemática común de toda la operación. En consecuencia, las herramientas informáticas de apoyo han sido diseñadas con esta misma filosofía.
A continuación se describe de forma resumida las grandes fases del trabajo realizado, así como las soluciones tomadas en cada caso y el software utilizado.
1.8.1. Diseño general, preparación y gestión de los trabajos de campo
Con la perspectiva unitaria con que se ha planteado el trabajo, la fase de diseño inicial es absolutamente determinante y delimita completamente todas las acciones a llevar a cabo en fases posteriores.
Una vez definidos los objetivos, el diseño general de la operación debe tener en cuenta no sólo los aspectos más obvios (como el directorio, la muestra, el cuestionario, etc.) sino todos los elementos integrantes de la operación, desde la disponibilidad y organización de recursos y medios, hasta el último control de validación o el plan de publicación previsto. En este caso, se marcó el objetivo de disponer de la versión definitiva de todos los factores de diseño metodológico antes de iniciar la recogida de información. De forma resumida, estos elementos se pueden agrupar en:
1. Apoyos y contactos institucionales (acuerdos y relaciones con otros organismos, etc.). Cartas de presentación, credenciales, etc.
2. Medios humanos y materiales, formación y organización, manuales y otro material de campo y encuestación.
3. Equipos informáticos y software; desarrollo de aplicaciones integradas de uso general para cada fase del trabajo.
4. Diseños técnicos iniciales. Conceptos y clasificaciones, unidades de encuestación, directorio, muestra, cuestionario, hojas de ruta, etc.
5. Criterios de tratamiento de la información; preparación de directorios, control de campo, definición de planes y programas de grabación, validación, depuración, elevación, explotación, actualización del directorio, etc., y su implantación en el software adecuado.
6. Diseño de la publicación, ficheros finales, formas de difusión, etc.
Una vez determinados y preparados todos los elementos del diseño general, se estaba en condiciones de abordar la recogida de información.
Tras la preparación del material de campo (rutas, etiquetas, cartas, etc.), la operatoria concreta del trabajo de campo se llevaba a cabo normalmente en dos etapas, aunque ello dependía de las diversas situaciones que se daban. Cada encuestador recibió un listado de empresas a visitar según rutas obtenida por criterios de proximidad. Tras contacto previo, y con carta de presentación y acreditación de la Comunidad de Madrid, se desplazaba a cada empresa seleccionada y en la primera visita trataba de cumplimentar totalmente la correspondiente hoja de ruta, donde se anotaban las incidencias de campo, las principales características de la empresa y cualquier observación pertinente para la gestión de campo; a la vez explicaba el cuestionario al informante y, si ello era posible, ayudaba a cumplimentarlo en ese momento o, más a menudo, acordaba una nueva visita para recogerlo, revisarlo y aclarar con el informante las posibles dudas de cumplimentación.
En esta segunda visita, normalmente tras una serie de contactos telefónicos, se obtenía el cuestionario y se revisaba en presencia del informante para asegurar la cumplimentación correcta. Esta revisión se realizaba de manera sistemática a través de una hoja de control, que recogía los principales aspectos del contenido de la información recibida, la claridad de los literales, la lógica del grafo y otros elementos pertinentes (sumas, algunos ratios económicos, etc.). De esta forma se valoraba inicialmente la calidad de la información, facilitando la posterior validación de cuestionarios.
Periódicamente el encuestador entregaba en la oficina las hojas de ruta y cuestionarios cumplimentados para su inmediata grabación y validación.
1.8.2. Grabación y validación.
Aunque se tratan aparte por motivos de claridad, las fases de grabación y validación se realizaron en paralelo a la recogida de datos y, de hecho, la grabación y parte de la validación se consideran como etapas del trabajo de campo.
La grabación y validación, junto con el control del trabajo de campo, se realizaron a través de la herramienta denominada GRAFO-WIN. Los cuestionarios y hojas de ruta cumplimentados se grabaron inmediatamente a su llegada, se realizaban las codificaciones pertinentes y, posteriormente, pasaban un plan de validación que controlaba los errores formales y de contenido que pudiesen existir en los documentos mencionados.
La validación utilizada constaba de tres tipos de controles:
A: Controles de rango y grafo. Validan el rango prefijado en cada campo de información y el grafo asociado, o relación entre campos, según órdenes explícitas del documento.
B: Controles de coherencia aritmética (generalmente sumas).
C: Controles de coherencia interna del documento. En el caso del cuestionario, se basan en relaciones de tipo económico, y se utilizaron un conjunto de test que controlaban en especial el valor y las interrelaciones de las siguientes variables:
- Actividad principal del establecimiento.
- Personal ocupado y horas trabajadas.
- Gastos de personal.
- Facturación e ingresos.
- Gastos de explotación.
- Impuestos.
- Resultados globales (producción, valor añadido, excedentes).
D: Controles de coherencia interanual. En el caso del cuestionario, se formularon controles que testaban los principales agregados económicos de aquellas unidades que habían contestado a la encuesta el año en curso y el anterior. Su finalidad era medir la evolución de la producción, productividad, suma de gastos diversos, suma de compras, costes de personal por ocupado y empleo de un mismo registro en dos años consecutivos.
Los controles se pasaron en el orden descrito. Los errores no imputables a la grabación, o aquellos que no se podían solucionar directamente, originaban una llamada telefónica al informante para su corrección o confirmación de cifras. Se marcó el objetivo de que la distancia temporal entre la llegada del cuestionario y el eventual contacto con el informante para la corrección de errores no superase los diez días, aunque este particular no se pudo cumplir en todos los casos.
Se consideró finalizada la fase de recogida de información cuando todos los documentos superaron la validación. Por tanto, el fichero final de resultados de campo no necesariamente recogía de forma exacta la misma información que los documentos antes de la validación, si bien todas las modificaciones habían sido consultadas con el informante.
1.8.3. Depuración, tabulaciones y ficheros intermedios, elevación y obtención de resultados finales.
Simultáneamente a la recogida de cuestionarios se realizó la tabulación y el análisis de resultados muestrales y de la cobertura obtenida, que fue satisfactoria y se ajustó a lo previsto. A partir de la recepción de un cierto número de cuestionarios se inició la depuración, una de las fases que permanece todavía poco sistematizada dentro del proceso estadístico.
La depuración se puede interpretar como una segunda validación en la que el apoyo para correcciones no se basa en la consulta con el informante, sino en la información externa existente (p.e., de la misma operación en años anteriores, de información similar en otros ámbitos, etc.), los conocimientos previos que se tienen del sector, la comparación entre distintos cuestionarios de características similares (o uno frente a la media del sector/estrato correspondiente) y la información cualitativa que se obtiene del propio trabajo de campo (como la que se acumula en observaciones). El objetivo de esta fase es eliminar respuestas inconsistentes y estimar vacíos de información para asegurar la coherencia y calidad de los resultados finales.
Siendo puristas, la depuración introduce un elemento subjetivo poco recomendable en el proceso estadístico y es contraria a la idea de sistematización y objetivación de la información. Sin embargo, como bien conoce cualquier estadístico económico, la respuesta del empresario no siempre tiene el nivel de calidad deseado, si bien es verdad que esto ha ido mejorando a lo largo de los tiempos y que suele disminuir cuando se repiten periódicamente las encuestas.
En la situación actual, la depuración es necesaria pero se debe intentar reducir al máximo, lo cual sólo se consigue si se ponen los medios adecuados en las fases anteriores. En este trabajo fue posible simplificarla en gran medida reforzando la validación vía informante, puesto que se habían obtenido unos resultados de campo válidos en términos generales.
Otro elemento negativo de la depuración es que aún no se ha desarrollado una herramienta informática que sistematice al máximo el proceso y facilite la ayuda necesaria en la toma de decisiones. En ese sentido se están dando los pasos pertinentes, pero aún no existe un método generalizable y medianamente objetivo de depuración e imputación automática, sobre todo en lo que respecta a datos cuantitativos.
La depuración se diseñó en base a los controles previamente definidos en la validación. El resultado final fue un fichero con la misma estructura que el de resultados de validación, que se convirtió en definitivo tras la tabulación y el análisis derivado. Dicho fichero dio origen a dos que, a partir de aquí, llevaron procesos independientes: fichero de datos cualitativo (principalmente los datos del "tiene" y "no tiene" del cuestionario) y fichero de datos cuantitativos (valores económicos), incorporando ambos los campos de identificación de cada unidad.
Uno de los avances del Instituto en este último año ha sido la mejora, en colaboración con la empresa SOCIOMATICA, del MEGA (Método de Elevación General Asistido), herramienta informática de carácter general que sistematiza la fase de elevación o extrapolación de los datos cuantitativos de la muestra al colectivo. Esta herramienta se basa en una filosofía algo diferente a la que se ha utilizado normalmente en los procesos de elevación. Parte del hecho de que la elevación o extrapolación no es más que un proceso de estimación de registros sobre los que se tiene cierta información (colectivo no investigado), completado en su caso por registros residuales, a través de otros sobre los que se tiene información completa (muestra válida obtenida). En principio, resulta equivalente utilizar un multiplicador sobre los datos de la muestra para estimar el colectivo o estimar éste individualmente en función de los datos de la muestra, en el sentido que ambos ofrecerían resultados idénticos, si se partiera de las mismas premisas. Ahora bien, el segundo método ofrece claras ventajas comparativas en lo que respecta a claridad del proceso, tratamiento de la falta de cobertura en alguna casilla y posibilidad de tabulaciones finales en función de variables no contempladas a la hora de selección de la muestra. Por otro lado, el primer método no es más que un caso particular del segundo (aquél en el que sólo se tiene información del colectivo en su conjunto, sin considerarlo individualmente), por lo que cualquier herramienta de finalidad globalizadora parece que debe basarse en la segunda opción. En esta línea se ha desarrollado el MEGA, que permite elevaciones de todo tipo de encuestas cuantitativas (con uno o varios coeficientes de elevación y uno o varios métodos de agregación de casillas en caso de baja cobertura). La utilización del método antiguo (basado en multiplicadores) es factible con el MEGA como uno de los casos posibles que incorpora.
En concreto, en la operación de este año se ha optado por estimar el colectivo individualmente, completando las faltas de información del directorio con registros ficticios por casilla de elevación, utilizando los siguientes parámetros:
- Variables de estratificación: actividad del año base (a 12 y a 33 ramas de actividad) y nivel de empleo (tres estratos).
- Coeficiente de elevación (único): número de ocupados.
- Cobertura mínima: 8%.
Este nuevo método aplicado sobre el fichero de datos cuantitativos ya permitió ofrecer para los resultados de 1991, y por primera vez, información sobre subzonas geográficas de la región y tratar de forma adecuada la falta de cobertura mínima en alguna casilla.
Tras el análisis de los resultados elevados, que fueron satisfactorios en su totalidad, se les dio el carácter de provisionales, generándose el fichero elevado de explotación de datos cuantitativos que incorporaba variables derivadas.
El fichero de datos cualitativos no sufrió ningún proceso de elevación o manipulación posterior, puesto que, dada la naturaleza de esta información, se consideraban suficientes los indicadores basados en datos muestrales. De él se obtuvo el fichero de explotación de datos cualitativos, que también incorporaba variables derivadas, con el que se elaboraron las tablas finales.
Estos ficheros constituyen el colectivo final sobre el que se realizó la tabulación definitiva que se presenta en esta publicación utilizando la herramienta informática denominada TABULA.
El diseño de la tabulación de resultados mantiene, como la totalidad de las fases del proceso, el criterio de unicidad aplicable a las encuestas de Actividad Económica; esto se traduce en la obtención de tablas tipo que permiten una perfecta comparabilidad de los resultados de los distintos sectores económicos.
1.8.4. Actualización del directorio de la encuesta
En el epígrafe 1.5 se señalaron los principales pasos que se dieron hasta obtener el directorio final de 1996. Interesa aquí simplemente indicar, de forma algo más detallada, cómo se realizó la actualización del directorio inicial a partir de los datos obtenidos en la recogida de campo de la encuesta.
El principal elemento susceptible de aportar información para la puesta al día de directorios en operaciones de este tipo es la hoja de ruta, aunque también se obtiene información del cuestionario. Por lo tanto, la actualización del directorio se realiza en dos fases: la primera a partir de los datos de campo y la segunda por medio de la información del fichero de resultados depurados.
La primera fase de actualización es la más importante en términos cuantitativos debido a dos razones muy evidentes:
- La hoja de ruta ofrece información prácticamente para todos los campos del directorio (incidencias, cambios de denominación, dirección completa, identificadores, actividad principal, número de empleados, teléfono, etc.), tanto del establecimiento como de la empresa.
- Existe hoja de ruta para cada unidad de la muestra inicial mientras que sólo se dispone de cuestionario para las unidades que respondieron a la encuesta.
Por el contrario, el fichero de resultados finales depurados de la encuesta sólo permite actualizar la información de dos campos del directorio: actividad principal y número de empleados. Ahora bien, la calidad de esta información suele ser muy superior a la equivalente de la hoja de ruta, puesto que se solicita de forma más detallada y normalmente se cumplimenta con mayor cuidado por el informante. Por ello, los datos que resultan de esta fuente son prioritarios con respecto a los anteriores (si bien previamente se contrastan) y los sustituyen, en su caso, en el directorio final.
1.9. Conceptos económicos utilizados en la tabulación de resultados.
A continuación se relacionan y describen los principales conceptos económicos que aparecen en las tablas de resultados, así como su formulación:
1- Establecimiento.
El término establecimiento se define como toda unidad productora de bienes o servicios (fabrica, taller, cantera, etc...) ubicada en un emplazamiento físico definido. Se entiende por establecimiento industrial a toda aquella unidad productora cuya actividad principal se encuadra en la CNAE-93 dentro de la Gran División D "Industrias Manufactureras", exceptuando la sección DF o División 23, "Coquerías, refino de petróleo y tratamiento de combustibles nucleares".
2- Personal ocupado.
Es el conjunto de personas, ya sean fijas o eventuales, que en la fecha de referencia ejercían una función (remunerada o no) en el establecimiento.
El termino personal ocupado esta referido a la media de cuatro fechas: 31 de marzo, 30 de junio, 31 de octubre y 31 de diciembre.
A efectos de tabulación se subdivide en:
- Personal fijo. Aquel que ejerce una labor de manera continua en la oficina o establecimiento y que se subdivide en:
. Personal no asalariado. Se incluyen propietarios, autónomos, socios activos y ayudas familiares siempre que no reciban remuneración fija y trabajen al menos un tercio de la jornada laboral.
. Personal asalariado. Incluye aquellos que reciben una remuneración determinada, normalmente establecida por su trabajo.
- Personal eventual. Aquel que ejerce una labor con carácter eventual sin estar incluido en la nómina del personal fijo de la oficina o establecimiento.
Se debe tener en cuenta que no se incluye como personal ocupado aquel que, trabajando a comisión para la unidad, no dependa de la empresa (comisionistas), incluso aunque ejerza sus funciones preferentemente en el local en que se encuentra situado el establecimiento.
Por otra parte, el personal ocupado a 31 de diciembre, se subdivide complementariamente en función del área donde presta sus servicios y según el sexo. Se consideran las siguientes áreas:
- Dirección, gerencia y administración.
- Area comercial.
- Area de producción.
3- Horas trabajadas.
Son las horas realmente trabajadas, normales y extraordinarias, durante el año de referencia, por el personal ocupado. No se incluyen los días festivos, vacaciones y las horas no trabajadas por enfermedad, permiso, huelga, etc.. No tienen por qué coincidir con las firmadas por convenio laboral. Se subdividen en horas totales trabajadas por el personal no asalariado, asalariado fijo y asalariado eventual.
4- Total de ingresos y producción.
Recoge el total de ingresos corrientes, mayoritariamente de explotación, obtenidos por la unidad, que coincide con la suma de las siguientes partidas.
- Ingresos por la venta de productos transformados y servicios prestados. Recoge la facturación total en concepto de productos transformados terminados y semiterminados, las ventas de subproductos y residuos, la venta de mercancías en el mismo estado en que se adquirieron (reventa), las prestaciones de servicio (si hubiese) y otras ventas, disminuida por el montante de rappels fuera de factura (concedidos por volumen de pedidos) y devoluciones de ventas (remesas devueltas por clientes al no ajustarse a las condiciones de los pedidos). No incluye el IVA facturado o repercutido por estos conceptos.
- Trabajos para su inmovilizado. Los realizados por la empresa para sí misma, utilizando sus equipos y su personal, que aumentan o mejoran el inmovilizado material o inmaterial de la empresa. En esencia no son un ingreso, sino más bien, una disminución del gasto que, en otras circunstancias, debería contratarse externamente. A efectos macroeconómicos se contabilizan doblemente como un ingreso corriente (valorado a precio de coste por el gasto de material y personal utilizado) y como una inversión real de la empresa.
- Subvenciones corrientes de explotación. Son las transferencias corrientes, recibidas por la Administración Pública, empresas privadas, particulares o instituciones, a fondo perdido, con el objeto de influir en el precio de los productos fabricados o para permitir una remuneración suficiente de los factores de producción.
- Otros ingresos de gestión. Son los obtenidos eventualmente por el establecimiento por prestación de servicios muy secundarios que no constituyen su actividad básica. Incluyen los ingresos de propiedad industrial cedida en explotación, los ingresos por arrendamientos y comisiones, los servicios prestados al personal propio y otros ingresos de gestión de carácter similar.
- Ingresos financieros. Rentas e intereses por las inversiones financieras realizadas por la empresa, préstamos otorgados, descuentos obtenidos por pronto pago y otro tipo de ingresos de carácter similar.
5- Variación anual de existencias.
Recoge las variaciones en almacén de existencias de ventas y compras de aprovisionamientos, materias primas y mercaderías para revender. Para cada uno de los conceptos citados se pide el signo que determine si se trata de un incremento o disminución del valor de almacén en relación al ejercicio anterior al de referencia.
6- Total de compras y gastos corrientes.
Recoge todos los gastos corrientes, a excepción de los impuestos, reflejados en las siguientes partidas.
7- Compras.
Incluye la compra de bienes inventariables corrientes necesarios para la producción o prestación de servicios propios del establecimiento. Se concretan en materias primas, combustibles, lubricantes y carburantes, elementos y conjuntos incorporables, materiales para consumo y reposición y materias auxiliares, envases y embalajes y mercaderías. También se recogen en este epígrafe las subcontratas. Todos estos conceptos vienen disminuidos por el montante de rappels fuera de factura y devoluciones de compras y sin incluir el IVA soportado correspondiente.
8- Servicios exteriores.
Recoge aquellos gastos que, siendo de naturaleza diversa, tienen en común el hecho de que las relaciones que se dan entre la empresa y terceros a consecuencia de ellos no son las típicas de cliente proveedor en su sentido más estricto. A efectos de esta tabulación se han subdividido en:
- Investigación y desarrollo. El importe de los trabajos en investigación y desarrollo realizados por terceros a través de contratación exterior.
- Arrendamientos y cánones. Gastos por el alquiler de bienes muebles (maquinaria, equipo, vehículos) e inmuebles y, cánones, patentes y concesiones en uso o a disposición de la unidad.
- Reparaciones y conservación. Gastos de mantenimiento, reparación y conservación de los elementos de inmovilizado material en uso o propiedad de la unidad. No se incluyen las grandes reparaciones del inmovilizado consideradas como inversión.
- Comisiones. Remuneración a agentes mediadores externos como contraprestación a los servicios que prestan a la unidad.
- Informática. Gastos exteriores por servicios informáticos, ya se refieran al asesoramiento exterior, a desarrollo o compra de software o a otro servicio informático externo (grabación, calculo, etc..). No incluye la compra de material informático ni de equipos o periféricos de tratamiento electrónico de la información.
- Otros servicios profesionales. Recoge los gastos exteriores en concepto de asistencia jurídica, contable, asesoramiento fiscal, gestión tributaria y auditoría, servicios de gestión administrativa, asesoramiento en estrategia empresarial y financiera, servicios técnicos, y otros servicios de naturaleza similar.
- Transporte por terceros. Incluye el transporte de material tanto de compras como de ventas.
- Primas de seguros no sociales. Cantidades satisfechas en concepto de primas de seguros de carácter no social, como pueden ser: incendio, robo, multiriesgo, transporte, riesgos financieros, etc.
- Servicios bancarios y similares. Recoge las cantidades satisfechas en concepto de servicios bancarios y similares que no tienen la consideración de gastos financieros.
- Publicidad y estudios de mercado. Gastos por estos conceptos cuando se realizan externamente a través de contratación exterior.
- Suministros de electricidad, agua y gas. Suministros en estos conceptos que no tienen la cualidad de almacenables.
- Comunicaciones. Recoge los gastos de teléfono, fax, correos y telégrafos, mensajería, télex y otros similares.
- Otros servicios exteriores. Gastos de traslado del personal a su centro o lugar de trabajo y aquellos viajes y dietas originados por la actividad propia del establecimiento, gastos de material de oficina y escritorio y de reposición de material fungible para equipo de oficina, gastos de imprenta, edición y suscripciones, tasas no fiscales de la Administración, limpieza de edificios y locales, seguridad y otros servicios de naturaleza similar.
9- Gastos de personal.
Incluye los pagos realizados por el establecimiento a su personal por todos los conceptos, ya sean sueldos y salarios, prestaciones, cotizaciones y demás cargas sociales pagadas directamente por las empresas e imputables a dicho personal. Se subdivide en:
- Sueldos y salarios brutos. Comprende todo tipo de remuneraciones satisfechas a los asalariados del establecimiento, esto es, el salario base y complementos, pagas extras, pagas de beneficios, pagas en especie, etc., el Impuesto sobre Rendimiento de Trabajo Personal retenido y las cuotas a la Seguridad Social y a sus organismos que corren a cargo de los trabajadores.
- Indemnizaciones al personal. Cantidades que se entregan al personal de la empresa para resarcir un daño o perjuicio como es el caso de despido y jubilaciones anticipadas.
- Cotizaciones sociales a cargo de la empresa. Comprende las cargas sociales de la empresa a favor de los organismos de la Seguridad Social y las aportaciones devengadas a planes de pensiones y otro sistema análogo de cobertura de situaciones de jubilación, invalidez o muerte, en relación con el personal de la empresa.
- Otros seguros sociales. Gastos de naturaleza social a favor de entidades de previsión social, aseguradoras o similares en relación con el personal de la unidad.
- Otros gastos de personal. Otros gastos de naturaleza social realizados en cumplimiento de una disposición legal o voluntariamente por la empresa como las becas, ayudas para comedores, economatos, guarderías, colegios, instalaciones deportivas y otros servicios similares y prestaciones pagadas directamente sustituyendo o complementando las de los organismos aseguradores en casos de jubilación, enfermedad, etc..
10- Gastos financieros.
Recoge los costes de financiación externa de la empresa en concepto de intereses de deudas y obligaciones, intereses por descuento de letras y similares, descuentos sobre ventas por pronto pago y otros gastos financieros de naturaleza similar. No incluye las comisiones ni los servicios bancarios.
11- Dotaciones para amortizaciones.
Representa la depreciación experimentada en el ejercicio por el inmovilizado material e inmaterial por su aplicación al proceso productivo y la cuota del ejercicio que corresponde por amortización de gastos de establecimiento.
12- I.V.A. repercutido corriente.
Es el Impuesto sobre el Valor Añadido que el productor o suministrador de servicios repercute a sus clientes sobre sus ventas. También se denomina IVA facturado o devengado. No incluye el IVA repercutido en la venta de bienes usados del inmovilizado material.
13- I.V.A. repercutido por ventas de inmovilizado material.
Es el Impuesto sobre el Valor Añadido repercutido en la venta marginal de bienes usados del inmovilizado material de la empresa.
14- I.V.A. soportado deducible corriente.
Es el Impuesto sobre el Valor Añadido que es soportado por la adquisición de bienes y servicios corrientes utilizados por la unidad en su proceso de producción y que es fiscalmente deducible. No incluye el IVA soportado deducible por inversiones.
15- I.V.A. soportado deducible por adquisición de bienes de capital.
Es el Impuesto sobre el Valor Añadido que es soportado por la adquisición de bienes de capital o la realización de grandes reparaciones y mejoras del inmovilizado material, y que es deducible a efectos fiscales.
16- Impuestos especiales.
Impuestos que gravan el valor de ciertos bienes producidos como los alcoholes y bebidas derivadas, tabaco, hidrocarburos y otros análogos.
17- Otros impuestos ligados a la producción.
Comprende la Licencia Fiscal, el Impuesto de Radicación e Impuesto sobre Actividades Económicas, la Licencia de Apertura, la Tasa de Circulación de Vehículos de uso del establecimiento y otros impuestos ligados a la actividad de tipo indirecto. No incluye el IVA ni los impuestos que gravan la renta o el patrimonio.
18- Inversión bruta (sin I.V.A.).
Comprende el conjunto de bienes duraderos de capital fijo (bienes de cierto valor, adquiridos con el fin de utilizarlos durante más de un período en el proceso de producción y que se contabilizan en la empresa como inmovilizado material) adquiridos en el ejercicio. Incluye también las cuotas de leasing financiero y el valor de los servicios incorporados a estos bienes. Se valora excluyendo el IVA soportado deducible por estos conceptos. Se subdivide en:
- Compras de inmovilizado material. Incluye las adquisiciones de terrenos y bienes naturales, edificios y locales, instalaciones técnicas completas, equipos para proceso de información, maquinaria y utillaje, mobiliario y equipo de oficina, elementos de transporte y otro inmovilizado material.
- Grandes reparaciones de inmovilizado material. Valor de los gastos realizados en el ejercicio para grandes reparaciones o mejoras de cualquier elemento de inmovilizado material, por terceros. No se incluyen las grandes reparaciones realizadas por la propia empresa para sí misma utilizando sus equipos y su personal (trabajos para su inmovilizado) ni los gastos de conservación y reparación corrientes.
- Trabajos para su inmovilizado material. Concepto descrito en el punto cuatro de este epígrafe.
19- Ventas de inmovilizado material.
Valor de la enajenación o venta en el ejercicio de bienes de capital propio incluidos en el inmovilizado material de la empresa. Tales son las ventas de inmuebles o locales y de maquinaria y equipo de toda clase. Aparece valorado sin el valor del IVA repercutido sobre dichas ventas.
20- Inversión realizada (sin IVA) (18-19).
Es la diferencia entre la inversión bruta, sin IVA, y las ventas de inmovilizado material. Representa la formación bruta de capital fijo realizada por la unidad valorada sin IVA, de acuerdo al sistema de valoración neto del S.E.C. (Sistema Europeo de Cuentas Económicas Integradas).
21- Saldo de I.V.A. de capital (15-13).
Corresponde a la diferencia entre el IVA soportado deducible sobre inversiones y el IVA repercutido sobre ventas de capital. Representa aproximadamente la deuda contraída por la Hacienda frente al establecimiento por sus operaciones de capital respecto al Impuesto sobre el Valor Añadido.
22- Subvenciones de capital.
Son las transferencias recibidas de la Administración Pública u organismos privados con la finalidad de financiar total o parcialmente proyectos de inversión.
23- Producción a salida de fábrica (registro bruto).
Es el resultado de la actividad global productora de bienes y servicios del establecimiento. A diferencia del total de ingresos corrientes, sólo recoge aquellos ingresos relacionados con la producción de la unidad, en concreto ventas de productos transformados, ingresos netos por reventa, prestación de servicios, trabajos para su inmovilizado, otros ingresos de gestión no contemplados, variación de existencias de ventas e impuestos especiales, disminuidos en su caso por el valor de los rappels y devoluciones de ventas. Esta valorada a salida de fábrica en términos de registro bruto, es decir, incluyendo el IVA y los impuestos que gravan la actividad productiva y excluyendo las subvenciones. A efectos de la tabulación se subdivide en las partidas señaladas más el impuesto sobre el Valor Añadido repercutido por dichos conceptos (IVA repercutido corriente).
24- Consumos intermedios (registro bruto).
Representa el valor de todos los bienes, excepto los de capital fijo, y servicios consumidos en el proceso de producción. La valoración en términos de registro bruto indica que está incluido el IVA soportado deducible que recae sobre estos bienes y servicios. A efectos de la tabulación se ha subdividido en: consumo de materiales, servicios exteriores e IVA soportado deducible corriente.
25- Valor añadido bruto a salida de fabrica (registro bruto) (23-24).
Es la diferencia entre el valor de producción a salida de fabrica registro bruto y los consumos intermedios registro bruto. Representa el valor nuevo creado en el proceso productivo por el establecimiento.
26- Saldo de IVA corriente (12-14).
Corresponde a la diferencia entre el valor del IVA repercutido corriente y el IVA soportado deducible corriente. Representa aproximadamente la deuda que contrae el establecimiento frente a la Hacienda en cuanto a sus operaciones corrientes respecto al Impuesto sobre el Valor Añadido.
27- Valor añadido bruto a salida de fábrica (sin IVA) (25-26).
Es el valor añadido bruto a salida de fabrica sin el IVA correspondiente. Se corresponde con la valoración del sistema Europeo de Cuentas Económicas Integradas (S.E.C.) conocida como salida de fábrica en términos netos, que es la aconsejada para las comparaciones internacionales.
28- Valor añadido bruto a coste de los factores.
Es una tercera forma de valorar el valor añadido bruto, esta vez descontando del valor añadido bruto a salida de fabrica sin IVA, el valor de los otros impuestos ligados a la actividad y sumando las subvenciones de explotación. Se intenta eliminar los efectos originados por la actuación de las administraciones públicas sobre el proceso productivo. Representa la aportación o el coste de los factores de producción (trabajo y capital) al proceso productivo.
29- Excedente bruto de explotación (28-9).
Diferencia entre el V.A.B. al coste de los factores y el coste de personal. Indica el excedente obtenido por la unidad una vez deducidos los gastos directos de explotación (entre los que no se consideran los financieros), pero no se corresponde con el denominado beneficio empresarial ni a la diferencia entre el total de ingresos y gastos corrientes.
30- Coeficientes analíticos.
Constituyen características derivadas calculadas por cociente entre las variables más significativas. Se han elegido aquellas que son de uso más habitual en el sector y en el análisis macroeconómico para facilitar la tarea al lector analista.
Copyright © Comunidad de Madrid | Summary | RSS | Aviso legal | Privacidad | Contacto | Accesibilidad | Mapa Web |