Este boletín contiene los acontecimientos ocurridos hasta septiembre de 2003, por lo que ya se pueden apuntar las tendencias que marcan este año, a la espera del siguiente trimestre que confirme los resultados de todo el año.

            Los indicadores de nacimientos, mantienen la misma tendencia observada en los últimos años, en el sentido de incremento tanto en las tasas como en el resto de indicadores. La tasa bruta de natalidad aumenta hasta el 12,23 por mil, reflejo de un aumento en el número absoluto de nacimientos respecto a la población, y la tasa general de fecundidad también sigue aumentando hasta situarse en el 41,85. En cuanto al índice sintético de fecundidad (número medio de hijos por mujer), mantiene una recuperación lenta pero estable, alcanzando niveles olvidados desde hace casi tres lustros. La edad media de la madre al nacimiento de los hijos sigue aumentando de manera imparable desde 1980, y parece confirmarse con los últimos datos del tercer trimestre de 2003, también el comienzo del retraso de la edad de la madre al nacimiento de los hijos del colectivo de extranjeras, que hasta 2002 disminuía. La diferencia de las edades medias entre las españolas y las extranjeras supera los tres años y medio, al situarse en 32,28 y 28,54 años respectivamente, diferencia condicionada fundamentalmente por la edad al nacimiento del primer hijo, que ronda los cuatro años (30,91 y 26,99 respectivamente).

            Respecto a las defunciones, lo más destacable de los últimos datos de coyuntura, es el incremento de la edad media a la defunción de los hombres, cercana ya a los 72 años (71,94), casi medio año más que para 2002, lo que permite reducir el diferencial con las mujeres a 8,19 años frente a los 8,44 años de 2002. En esta reducción del diferencia de edad a la defunción entre sexos, interviene negativamente las defunciones del colectivo masculino de extranjeros, que aunque no es demasiado significativo en el conjunto de las defunciones, si presenta un diferencial mayor entre sexos que el de la población española, situándose para el período contabilizado en 11,76 años de diferencia entre la edad media de defunción de las mujeres y los hombres extranjeros.

            El aumento de las edades medias de la población afectada por los fenómenos demográficos observadas en los nacimientos y las defunciones también tienen el mismo signo en los matrimonios. La Edad media al matrimonio de las mujeres pasa de 30,12 a 30,42 años, y de 29,46 a 29,71 años si son solteras, en tres trimestres, y de 32,02 a 32,36 y de 30,89 a 31,06 respectivamente para hombres. Para este mismo período, la diferencia entre españoles y extranjeros parece tender a disminuir en mujeres, que presentan edades medias de 30,40 para españolas  y 30,61 para extranjeras, en cambio aumentan entre los hombres (32,45 y 31,36 años). Otra situación destacable entre ambos colectivos poblacionales es la de la estacionalidad de los matrimonios según la nacionalidad combinada de los contrayentes. Mientras que para el conjunto del año 2002, los porcentajes de la combinatoria de nacionalidad fue: españoles/españolas 88,06%, extranjeros/españoles 8,69% y extranjeros/extranjeros 3,25%, cuando la analizamos por meses encontramos diferencias importantes, que en su máxima diferencia (enero de 2003) se distribuye: españoles/españolas 54,56%, extranjeros/españoles 29,24%, y extranjeros/extranjeros 16,2%, debido fundamentalmente a la fuerte estacionalidad en los matrimonios entre españoles, muy superior al resto de combinaciones.

             En cuanto a la magnitud relativa del fenómeno del matrimonio, sigue disminuyendo  tanto para esposos como para esposas, reduciéndose las tasas brutas de nupcialidad para ambos sexos, situándose para el último año recogido en 10,49 para hombres y  9,63 para mujeres.