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Boletín de Demografía y Salud. Nº 61. Junio 2003

En este boletín se incluyen los acontecimientos anuales y sus indicadores derivados, elaborados con los ficheros definitivos de 2001. En ellos se corrobora el incremento en el número de nacimientos de madres residentes en nuestra Comunidad, superior a tres mil niños respecto al año anterior, lo que se traduce en un aumento en la tasa bruta de natalidad de un cuarto de punto, y de casi un punto en la general de fecundidad. Esto hace que el ISF de 2001 quede situado en 1,25 hijos por mujer. Una vez más, hay que comentar el fuerte tirón que experimentan los nacimientos de madres extranjeras, con un crecimiento del 36% respecto a 2000, frente al exiguo 1,5% de las españolas, lo que hace que el aporte de aquellas al conjunto de nacimientos se incremente en 3,3 puntos, situándose ya en el 14,9% de los nacidos en la Comunidad de Madrid. Es decir, de los 3102 nacidos de madres residentes más que el 2000, 2363 son atribuibles a madres extranjeras (76%) y sólo 739 (24%) a las españolas.

Además de efectivos, las madres extranjeras están aportando juventud en el nacimiento de los hijos, y asistimos a un distanciamiento importante en el comportamiento reproductor respecto a la edad al nacimiento de los hijos, entre las mujeres españolas y las extranjeras. Mientras que las primeras siguen retrasando la edad al nacimiento de los hijos, tanto para el conjunto de nacimientos (32,03 años en 2001) como para su primer hijo (30,66 años), lo que supone 0,2 años más para ambos respecto al año 2000, las madres extranjeras adelantan la edad media al nacimiento de sus hijos, situándose en 28,59 años para el conjunto de nacimientos, y en 26,98 para el primer hijo, reduciéndose en ambos casos en 0,2 años respecto a 2000. Esto hace que la diferencia de edad entre ambos colectivos sea ya de 3,68 años al nacimiento de su primer hijo, y de 3,44 años para el conjunto de nacimientos, mientras que esa diferencia apenas superaba el año en 1995, primer año desde el que se realiza la serie.

Respecto a las defunciones, en 2001 aumentan su número en 3102 casos respecto al año anterior, aunque las tasas disminuyen, tanto la bruta (7,07 por mil) como la infantil (3,8 por mil). Las edades medias de los fallecidos siguen acumulando record año tras año, situándose ya en 71, 36 años para los hombres y en 79,49 para las mujeres. En este apartado, también existe una diferencia importante respecto al colectivo de extranjeros, influido en gran medida por su estructura de edad mucho más joven, lo que hace que la edad media de los fallecidos sea de tan solo 44,34 años para los extranjeros, frente a los 71,79 años de los españoles. En las mujeres existe también una diferencia importante aunque sensiblemente menor, 59,98 años en extranjeras frente a 79,63 de las españolas. Uno de los motivos que explican esas diferencias entre colectivos, es la distinta naturaleza de las defunciones, en parte intrínseca a unas estructuras de edades muy distintas entre ellas, y en parte circunstancial. Así, mientras que el 29,51 por ciento de los fallecimientos de españoles en 2001 se debieron a tumores, en el colectivo de extranjeros se sitúa en el 21,89 por ciento y una diferencia similar se aprecia en las enfermedades del sistema circulatorio (30,71% y 22,12% respectivamente), ambos grupos de enfermedades muy ligados a la edad. En cambio, otros grupos de causas de defunción presentan comportamientos en sentido opuesto, como los motivados por enfermedades infecciosas y parasitarias, donde los extranjeros encuentran el 5,76 por ciento de sus defunciones, frente al 1,97 por ciento de las de los españoles. Pero la causa de defunción realmente diferencial entre ambos colectivos es la llamada "causas externas", donde se recogen todas aquellas donde ha intervenido un juez, que corresponden casi a una de cada cinco muertes de extranjeros (18,43%) frente al 3,39% de las de españoles.

En cuanto a los matrimonios registrados en 2001, disminuyen en 796 respecto al año anterior (un 2,6%), situándose en 29.142 celebraciones, lo que contribuye a la reducción en la tasa bruta de nupcialidad, que pasa del 5,8 por mil en 2000 al 5,49 por mil en 2001. La edad media al matrimonio sigue aumentando un año más, tal y como lo viene haciendo desde 1980, situándose para 2001 en 31,71 años para los esposos, y en 29,84 años para las esposas. Pero hay que tener en cuenta un factor que puede ser clave para los próximos años, y es el de la diferente tendencia que se observa en la edad al matrimonio entre los esposos y esposas españoles y extranjeros. Así, mientras que los esposos y esposas españoles siguen la tendencia antes señalada de incremento en su edad al matrimonio, entre los esposos y esposas extranjeros la edad media disminuye por segundo año consecutivo, situándose en 31,13 años y 30,12 años respectivamente. El diferencial entre los esposos españoles y extranjeros es, por tanto, de 0,61 años mayor para los españoles, hecho que no se producía desde 1996. En las esposas en cambio, aunque el cambio de tendencia es similar, aún sigue siendo mayor la edad media al matrimonio en las esposas extranjeras en 0,3 años.

Otro dato relevante en los matrimonios celebrados en 2001 se refiere a la combinación de nacionalidad entre los contrayentes. Cerca del 63% de las esposas extranjeras residentes en la Comunidad de Madrid se casaron ese año con esposos de nacionalidad española, frente al 68,6% de 2000. Es decir, aumentaron los matrimonios entre personas de nacionalidad extranjera, sobre todo, de la misma nacionalidad. En 2000 el 76,5% de las esposas extranjeras residentes se casaron con un esposo de la misma nacionalidad, porcentaje que aumentó al 81% en 2001.


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